Hoy día,
ya nadie cree en los ángeles.
Sin embargo,
hay gente que si cree en los demonios.
Pero los ángeles existen
y han existido siempre.
¿Qué cómo lo sé?
Porque mi padre era uno de ellos.
El problema es que,
cuando los ángeles te dan la espalda,
¿en quién puedes confiar?
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Cat sería una adolescente como cualquier otra si no fuera porque su padre es un ángel. Ha viajado desde que era una niña junto a él visitando lugares de todo el mundo, aprendiendo a sobrevivir en un mundo de criaturas extrañas como pueden ser los demonios y los ángeles… hasta que un día alguien le asesina. Desde entonces, una sóla idea cruza por su mente: venganza. Con una espada ángelica a su espalda, único recuerdo de su difunto padre, se pone manos a la obra en su tarea. En el camino se cruzará con Angelo un aburrido, y muy viejo, demonio. Sin saber muy bien sus intenciones Cat decide aceptar su ayuda para encontrar a los asesinos de su padre.
En un mundo plagado de demonios donde nadie parece ser quien dice y tampoco nada es lo que parece ¿dónde encajan Cat y su padre, muerto asesinado?¿Cuáles son las auténticas intenciones de Angelo?
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“Si los ángeles pueden matar, ¿por qué nosotros no podemos amar?”
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“Pues en Bulgaria dicen: Si pones una vela para Dios, pon dos para el diablo.”
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“Mi padre amaba el mundo. Con todas sus consecuencias. Por eso solía estar siempre triste.”
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“Te pedí que no te marcharas sin despedirte, Cat.”
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